San Miguel
Arcángel:
Príncipe
tutelar en la custodia
de todos
los ángeles de la tierra,
no me
abandones.
¿Cuántas
veces he llorado con mis pecados...
Te ruego,
que en medio de los peligros
que rodean
a mi espíritu,
me concedas
tu apoyo
contra los
espíritus del mal,
que
intentan acecharme
con la
tentación de la serpiente,
la
serpiente de la duda,
que a
través de la tentaciones del cuerpo
tratan de
encarcelar a mi alma.
No me dejes
expuesto a las sabias tentaciones
de un
enemigo tan terrible y cruel.
Haz que
pueda abrir mi corazón
a tus dulces
inspiraciones
que cobren
vida cada vez que aparezcan en mí
los deseos
de tu corazón.
Haz de mi
corazón
una chispa
de la llama más dulce
que arde en
los corazones de todos tus Angeles,
pero que se
quema más sublime
e
incomprensible para todos nosotros.
Defiéndeme
en la lucha contra todo mal,
querido
Príncipe Miguel,
líbrame de
mis enemigos, de envidias, habladurías,
malos ojos,
malas lenguas, de mentirosos,
y de la
enfermedad que con sus maldades
me puedan
provocar.
Ruega
a Nuestro Señor Jesús por mí,
para que al
final de esta vida
miserable y
corta en la tierra,
puede
disfrutar de la felicidad eterna
en el Reino
de Jesús,
y que pueda
alcanzar su amor, bendición y regocijo.
amen
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