Con el dedo pulgar de la mano derecha haz el signo de la
Cruz en tu frente y repite 3 veces:
Con la Sangre Preciosa de Jesús,
sello esta sanación que Tú Padre Dios acabas de hacer en mí, para que no
vuelvan más estos males y espíritus a mi vida, ni en número de uno, ni en
ningún otro número, ni de la misma naturaleza, ni de naturaleza parecida.
Te ruego Padre Dios que el
Espíritu Santo ocupe todo mi ser y restaure las virtudes que estos males han
destruido en mí.
Desato en mi todos los dones y
frutos de Tu Santo Espíritu.
Envíame tus ángeles
administradores de paz, unidad, salud y prosperidad.
Espíritu Santo de Dios recibe la
consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, dígnate ser en adelante mi director,
mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y todo el amor de mi corazón.
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