Devoción, para después de la misa.
Uno de los deberes de la Legión de San Miguel
es el rezo, después de la misa de precepto (es decir, domingos y festivos) de
dos oraciones tal y cómo se hacía antes de la reforma litúrgica:
El Ave María y el Exorcismo de San Miguel.
Ambos se rezarán,
indistíntamente, tras la despedida final del
sacerdote. De rodillas (salvo si
se tiene algún impedimento físico) y con la
intención de ofrecerlo ,
principalmente, por la defensa y protección de
la Iglesia; tanto de sus
enemigos internos cómo de los externos. No se
descarta cualquier otra intención
que quiera añandirse de carácter personal.
El olvido accidental
de ésta devoción no acarrea ninguna pena ni de
pecado ni de cualquier otra
índole, y puede sustituírse perfectamente por
el rezo de la misma más un credo
en cualquier otro momento de la semana, en una
Iglesia o capilla y de rodillas,
igualmente.
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